Annie Ernaux: la bella extrañeza de la nueva Nobel de Literatura
Por “el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal”. Así fue como la Academia Sueca anunció que le otorgaba a la autora francesa Annie Ernaux el Premio Nobel de Literatura 2022, el galardón literario más famoso del mundo. Una elección que en esta ocasión premia una obra incisiva y extraña en la que la escritora de títulos como Pura pasión, Los años o El acontecimiento desentraña sin miramientos, concesiones o condescendencia su historia personal, y la relación que esta teje con las vivencias familiares, amorosas y sociales.
Ernaux nació el 1 de septiembre de 1940, en el seno de una familia obrera que regentaba una tienda de alimentos y un café en un pequeño pueblo de la región francesa de Normandía. Allí, la pequeña niña que habría de convertirse en uno de los nombres angulares de la literatura europea actual se vio sumergida en diferentes niveles de lenguaje. Una lengua más cercana a la cotidiana, más parecida a la popular y que le hace gambeta a las disertaciones metafísicas para convertirse en carne de la carne, palabra desnuda, sujeto, verbo y sustantivo materializados. Una lengua que descubrió cuestiones como vergüenza, culpa, deseo y rebeldía (temas transversales a su obra desde la década del setenta).
El lenguaje desnudo y seco (aunque no desprovisto de dimensiones estéticas ni de complejidad estructural) se convertiría en una de sus marcas distintivas. Los libros de Annie Ernaux están construidos de manera directa: la narradora (ella misma) observa su materia de estudio (que también es ella) con distancia emocional. Las palabras para rememorar sucesos como un aborto clandestino, la obsesión amorosa por un diplomático de Europa del Este o la pérdida de virginidad en un verano del 58 se tatúan sin florituras. Si algo es feliz, triste, perturbador, violento, nostálgico o incómodo, la autora lo deja saber sin mayores aspavientos.
Ernaux llama a esto écriture plate: “escritura plana”, un acercamiento objetivo a cosas subjetivas. Y el resultado de este ejercicio es una sustancia literaria única, un producto perturbador como una boca sin dientes que devora un cuerpo a mordiscos. O como el aguijón de una abeja moviéndose frenético en un ojo sin párpados. O como una semilla que se traga por error y que germina dentro de uno, extendiendo sus ramas por todos los rincones anatómicos, hasta que la carne se convierte en jardín y sus hojas surgen tierna y violentamente por los oídos, la boca, las fosas nasales. Esta es literatura incómoda y, por lo tanto, necesaria.
Más allá de debates sobre si lo que hace es autoficción, literatura del yo o versiones ficcionadas de ella misma (etiquetas que sirven más para la industria literaria y el periodismo), lo cierto es que la cantera de la que beben sus libros es ella y el mundo que la ha rodeado. Un mundo que está siempre en tensión y que habla de luchas de clases, de feminismo y sus fracturas, del cuerpo y sus deseos, de las desconfianzas recíprocas entre la intelectualidad y la cultura popular, de la soledad y las luces frías de los hipermercados. Y Ernaux en el centro, no como un artefacto exhibicionista, sino como una fotógrafa analógica que apunta a donde nadie más ha querido o sabido apuntar (algo que la emparenta con el arte fotográfico de Vivian Maier o Diane Arbus). En síntesis: habla de ella para hablar del otro. Un yo que se despliega en un tú, el cual, a su vez, se desdobla en delicados pliegues hasta ondear un nosotros.
En el catálogo de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas se puede consultar Pura pasión, un libro en el que narra su obsesión amorosa por un hombre, el malestar de los días de espera y la necesidad de enfermarse (metafórica y literalmente) de él. Además, a través de la plataforma de préstamos virtuales Odilo, que puede usarse en la Biblioteca Digital de Bogotá, es posible prestar para soportes digitales los libros El acontecimiento (un relato sobre un aborto clandestino), La vergüenza (una mirada incisiva sobre las relaciones filiales), El lugar (una reflexión sobre las clases sociales) y el ya mencionado Pura pasión.
Ernaux es la décima octava persona francesa en recibir el Nobel de Literatura y solo la décimo séptima mujer galardonada con esta distinción.