Cinencasa: El crimen del racismo
El cine nos permite observar la forma como el ser humano festeja la vida en el mundo. Y al contrario también, cuando el fantasma del odio hace del racismo un argumento para el exterminio.
Nos preguntamos entonces, ¿quién decide en dónde se encuentra el centro y en qué lugar se sitúa la periferia de los condenados por aquellos que se consideran en el centro?
Aquellos que se sitúan en las costumbres de lo establecido y se agrupan de una manera gregaria alrededor de la norma – social, sexual, racial, económica –, consideran a los que se encuentran en la periferia como criaturas despectivamente al margen de las convenciones.
A la “supremacía racial” se suma la “supremacía regional”, que establece diferencias entre lo parroquial y lo cosmopolita. Nos olvidamos que toda metrópolis tiene su necrópolis; que la muerte nos reúne como especie y su arrogancia se esfuma con la vida que rescata el cine y las verdades que nos puede revelar acerca de los dilemas y misterios del corazón humano.