El proyecto de emprendimiento que deja al descubierto los saberes del tejido
Hay múltiples formas de dejar un legado: están los que se entregan de manera tangible o los que se transfieren intangiblemente. En uno de los espacios de BibloRed, esta palabra tiene un peso llamativo con el ‘Costurero compartiendo saberes a través de los tejidos’ en la Biblioteca Pública Bosa.
En este lugar, comulgan los dos tipos de legado. María Inés González habla del intangible cuando ella intercambia saberes con las integrantes del costurero: “Me gusta compartir lo que he aprendido. Más que hacer, me gusta enseñar. Yo puedo enseñar a tejer o bordar y alguien me puede enseñar a hacer un remedio casero”, dice.
Doña Inés es usuaria de la Biblioteca Pública Bosa desde antes de que llegara al barrio El Recreo en 2011. Vive hace 33 años en la localidad y asistía al espacio que tenían en la Alcaldía de Bosa desde que sus hijos, hoy ya profesionales, iban al colegio. El plan familiar de cada sábado era ir a este espacio.
“Yo enseñaba en la Casa de la Igualdad y acá participaba en espacios de lectura como el Club de adulto mayor, que viene desde Bosa Centro. Nos seguimos reuniendo y compartiendo nuestros saberes. Allá iniciamos con un programa para mujeres que vinculaba a algunos hombres”, explica.
El costurero fue una de esas ideas que llegaron desde la Casa de la Igualdad. Tras más de una década, ahora la visión del grupo está enfocada en el emprendimiento. Ya han realizado varias ferias en el barrio Porvenir o en la alcaldía de la localidad. Esta idea de emprender la lidera la auxiliar de BibloRed, Paola Cortés, quien lleva más de un año coordinando las sesiones del costurero.
“Yo tejo desde los 13 años. Cuando le dije a la coordinadora que tejiéramos el árbol borrachero, hice los patrones, les expliqué y poco a poco me incluí en el grupo. Empezamos el árbol en mayo y acabamos en julio. Al comienzo había como 6 personas y ya hay 30 o más. Ese árbol también lo tenemos en la huerta. Terminamos el árbol y después les propuse que hiciéramos un pesebre y lo hicimos con solo muñequitos”, relata Paola.
Ella ahora habla de ese legado tangible, que se puede notar con los regalos que las usuarias y usuarios le han hecho a la Biblioteca Pública Bosa y a la localidad que la acoge. Hay dos creaciones artísticas que destacan: en primer lugar el mencionado árbol borrachero tejido en croché, porque es la planta insignia de la localidad; y también está el mapa de Bosa tejido, que adorna una de las paredes de la biblioteca. Además, crearon un libro de bordado con algunas plantas medicinales bordadas en él.
El costurero aún está en la fase previa de concretar este emprendimiento comunitario. Por el momento piensan en crear una página web con la ayuda del Colectivo Ludy Makers y también un cortometraje en ‘stop-motion’ con algunas de las creaciones que han hecho con sus hilos y lana. Además, se busca trazar una hoja de ruta para ferias y un canal de difusión en WhatsApp.
“La idea mía siempre es compartir más que emprender como independiente. Más que beneficio propio, me gustaría que fuera para todas. Hay personas como una abuelita que tiene 76 años, ha vendido bolsos y también me genera felicidad, porque es un beneficio que ella está recibiendo, pero me gustaría compartir”, menciona doña Inés.
El emprendimiento no es lo único que el ‘Costurero compartiendo saberes a través de los tejidos’ quiere consolidar. También buscan llevar a cabo jornadas de enseñanza. Ya se tiene programada una con niños y niñas del Centro Amar. La idea es elegir a tres integrantes del costurero para enseñarle a 10 menores algunas técnicas de tejido y bordado. Después, ellos le enseñarán a los demás compañeros. De esta manera, el saber pasa como legado de una persona a otra con el objetivo de que en algún momento la práctica se universalice.