Charla ciudadana: Soberanía Alimentaria
A la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá llega una nueva sesión de nuestra franja Charlas Ciudadanas, un espacio para la formación a través del diálogo y la reflexión.
En esta oportunidad, abrimos un espacio, para que de la mano de María Aidé Grueso, comprendamos de qué se trata la Soberanía Alimentaria, cómo cambia según el contexto desde el que hablamos, por qué es una cuestión política y de derechos fundamentales y cómo se ve afectada a causa del desplazamiento forzado.
Prográmate y acompáñanos en los siguientes espacios:
Biblioteca Pública La Marichuela
18 de septiembre
11:00 a.m.
Canal de Youtube @BibloRedBogota
22 de septiembre
6:00 p.m.
María Aidé Grueso Dura es una mujer indígena, perteneciente al pueblo étnico Eperara Siapidara. Es una de las mejores sabedoras del oficio artesanal característico de este pueblo, que consiste en la cestería realizada con paja tetera y chocolatillo, fibras del Pacífico Colombiano.
Su conocimiento sobre las técnicas para tejer fibra proviene de las mejores artesanas de la comunidad del Resguardo de Guanquí, en el departamento del Cauca, donde creció. Lleva más de 25 años siendo artesana, lo que ha hecho que hoy en día sea una de las líderes del grupo artesanal Mités, una colectividad sólida que les ha permitido dar a conocer sus artesanías a nivel local, regional, nacional e internacional, manteniendo vivos los legados culturales y contando quienes son como mujeres indígenas.
A causa del conflicto armado en el Cauca, llega a Bogotá en el año 2005. Junto con su familia encontraron en la venta artesanal la mejor forma de subsistencia económica en la ciudad, realizando una práctica cultural que mantiene vivos sus conocimientos como pueblo Eperara. Sin embargo, las condiciones de vida en la ciudad son radicalmente distintas al Resguardo de donde provienen, especialmente en las formas de convivencia, compartir comunitario, alimentación y relación con la infraestructura y el entorno. María Aidé ha tenido un gran proceso de aprendizaje para sobrevivir en Bogotá, desde hablar español, pasando por la adecuación a la comida que hay en la ciudad, hasta la creación de procesos colectivos comunitarios que les permiten generar ingresos económicos.