La Biblioteca Cárcel Modelo inició su ciclo de cine en el Patio 3. Para llegar a él, cualquier persona debe atravesar -como mínimo- por tres controles. Cada uno de ellos es custodiado por una Virgen María esculpida, similar a la que la protagonista del cortometraje ‘Paloquemao’ rifa en el desarrollo del film.

Este espacio reunió a una comunidad carcelaria variada de casi 30 personas, donde conviven hombres de diferentes países y culturas. Al entrar, no solamente se perciben diferentes acentos en español, sino que también se habla en inglés, ucraniano, y hasta en lengua nativa indígena, por las personas privadas de la libertad que pertenecen a diferentes comunidades indígenas.

La importancia de una proyección cinematográfica en la Biblioteca Cárcel Modelo es toda, y más para este patio, cuando existe la barrera del idioma. El hecho de que este espacio bibliotecario se nutra de otros formatos narrativos, como el audiovisual, les permite a sus usuarios acceder al arte de una manera diferente, que la que ofrecen los libros.

“Esta proyección busca iniciar un proceso de reflexión y de lectura del cine dentro del establecimiento. Vamos a tener mensualmente proyecciones en diferentes pabellones para que, día tras día, más personas se encuentren con el lenguaje audiovisual, que finalmente es un reflejo de nuestras cotidianidades. También, es una oportunidad de cómo podemos imaginar y pensar nuevas realidades. La idea es llevarlo a cada rincón de la cárcel”, dice Kateryn Duarte, coordinadora de la Biblioteca Cárcel Modelo.

Con la contraluz del sol que se filtraba por una de las ventanas que no se pudo cubrir, inició la proyección del gótico popular, que es el género -entre el terror y la fantasía- que adoptaron estos cineastas expectantes a las reacciones de su público. El preludio se dio con la presentación de ambos cortos por parte de una persona privada de la libertad.

“Cuando vi los pósters me imaginé una cosa totalmente diferente a la que vi. Yo tomé la figura del vampiro de una forma distinta, como aquel que extrae algo de las demás personas. Pensé que iban a mostrar el mundo interior que se ve en Paloquemao, que no se conoce y que es duro y pesado”, relató sorprendida una de las personas privadas de la libertad después de ver los cortos. 

Acabada la proyección, los privados de la libertad sintieron cierta curiosidad por el trasfondo de “El Diablo’, la persona que inspiró a uno de los personajes principales de ‘Paloquemao’. El director Jéferson Cardoza relató en el cineforo la historia de este hombre que se creía vampiro y en fiestas pedía la sangre de los cerdos del festín para consumirla.

Las reflexiones, que fueron acompañadas por crispetas que se repartieron, se centraron en hablar sobre la falta del género terror en el cine nacional y de algunos mitos que surgieron alrededor del negocio de la venta de sangre humana en el antiguo Bronx y las plazas de mercado. El panel, además de Jéferson, lo completaron la productora Melisa Zapata y el director de Arte Rafael Pérez.

“Esta propuesta es interesantísima y me gustaría que se siguiera promoviendo. Quiero agradecerle a BibloRed por hacer el esfuerzo de traer esta actividad. Estando privado de la libertad, es la única manera de salir de este mundo carcelario y los felicito. Nunca había asistido a un cineforo, no sabía qué era eso. Sé que después habrá comentarios sobre esto entre nosotros. También agradezco que nos hagan partícipes de esta experiencia”, dijo otra de las personas privadas de la libertad.

Sin embargo, esta travesía de La Banda del Sur en las cárceles no termina. El próximo 14 de marzo tendrán una nueva proyección en la Biblioteca Cárcel Modelo Norte, dirigida a privados de la libertad que reducen su pena como monitores educativos; y el cierre del ciclo de cine será el 21 de marzo con la Biblioteca Cárcel Modelo Ala Sur.