Celebremos nuestras raíces negras
En 1992 se reunieron en República Dominicana 400 mujeres negras de 32 países latinoamericanos para llevar adelante el Primer Encuentro de Mujeres Negras Latinoamericanas y Caribeñas. Esta ocasión dio pie para que todos los movimientos de mujeres afrolatinoamericanas, afrocaribeñas y de la Diáspora unieran fuerzas para hacerle frente al racismo, la discriminación racial y el sexismo. Pero también para declarar esa jornada del encuentro como el día de la mujer afrodescendiente en Latinoamérica y el Caribe. Y es que a pesar de la baja representatividad histórica que en nuestro país han tenido las mujeres afrodescendientes, su influencia toca todos los niveles de nuestra cultura, nuestra ciencia y nuestra política.
En 2016, la partería, una práctica cultural ancestral ejercida por más de 1600 mujeres afro del Pacífico colombiano fue declarada patrimonio inmaterial de la nación. Se trata de un saber tradicional que, como cualquier otra ciencia, es fruto de la observación y el desarrollo de un método. Así, de las costas pacíficas también han surgido notables mujeres afro científicas, como la brillante matemática Doris Hinestroza, de Darién, Valle del Cauca, y la bióloga Mabel Torres, de Bahía Solano, Chocó.
De igual manera, la tradición musical del pueblo afro ha dado herramientas a las mujeres para canalizar emociones colectivas y la misma espiritualidad de sus pueblos a través de bullerengues, lumbalú, alabaos, loas y bundes, cantos que han sabido recoger e interpretar figuras como Totó la Momposina y Petrona Martínez. Este talento popular ha trascendido las riberas de sus ríos y mares para elevarse hasta escenarios internacionales que han ovacionado los recitales de la pianista Teresita Gómez, de Medellín, o los sublimes lied de la soprano Betty Garcés, de Buenaventura.
Pero esa inspiración y ese sentir comunitario de las mujeres afro también ha consolidado su compromiso con causas humanitarias, y ha gestado en ellas una conciencia social que impulsa sus banderas a donde pocos se atreven a llegar. No de otra forma han ido ganando nuevos espacios de gestión y representación social, aunque a un costo a veces demasiado elevado. Han asumido marchas de más de 300 kilómetros para detener la minería ilegal, como la activista medioambiental Francia Márquez, de Yolombó, Antioquia; o como Danelly Estupiñán, quien lucha por el derecho a la tierra en Buenaventura, Valle del Cauca.
Hoy BibloRed canta, piensa y se manifiesta por esta fuerza de la naturaleza que representan las mujeres afrodescendientes. Síguenos en nuestras redes sociales y cuéntanos qué te inspira este día tan especial.
Recomendados en nuestra Biblioteca digital este día:
Mincultura. Antología de mujeres poetas afrocolombianas, 2010. Disponible aquí.
Banco de la República. Silvia Torres-Historias de vida, 2015. Disponible aquí.
Centro Nacional de Memoria Histórica. Mujeres y Guerra. Víctimas y Resistentes en el Caribe Colombiano, 2011. Disponible aquí.