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“No van a poder resolver la desigualdad social sin resolver la desigualdad digital”, Ellen Helsper

“No van a poder resolver la desigualdad social sin resolver la desigualdad digital”, Ellen Helsper

Jueves, Noviembre 11, 2021 - 10:20
BibloRed habló sobre desigualdad digital con Ellen Helsper, doctora en medios y comunicaciones de la Universidad de Utrecht

¿Basta con garantizar el acceso universal a Internet para disminuir la brecha social? La respuesta corta es no, por ello, desde la Red Distrital de Bibliotecas Públicas, en el marco de la Semana de la Cultura Digital, conversamos con Ellen Helsper, quien habló con los internautas de la Red sobre este tema el pasado 9 de noviembre.

Helsper es profesora de desigualdades socio-digitales en el Departamento de Medios y Comunicaciones de la London School of Economics and Political Science (LSE). Tiene un doctorado en Medios y Comunicaciones de la LSE y una maestría en Psicología de Medios de la Universidad de Utrecht.

“Vivimos en una sociedad racista, sexista y clasista, si no enseñamos habilidades digitales a gente que no ha tenido las mismas oportunidades y han sido excluidas no vamos a tener una sociedad más igualitaria”, Ellen Helsper. 

Los invitamos a revivir esta charla en el siguiente video:


¿A qué se refiere con el concepto de desigualdad digital?

Su definición ha cambiado durante las últimas dos décadas. Empezamos con la llamada brecha digital, común en las políticas públicas y que enfoca la desigualdad en lo referente al acceso a las herramientas tecnológicas entre diferentes grupos de la sociedad. Ese es un primer nivel, pero luego se dieron cuenta que no era suficiente, pues, aún con acceso, algunos no podían usar la tecnología de la misma manera que otros grupos más privilegiados en la sociedad.

Las habilidades digitales son fundamentales para convertir ese acceso en un uso real, que le permita a la gente utilizar la tecnología para una diversidad de cosas. Si alguien obtiene acceso a la tecnología pero solo la usa para una cosa muy específica, no se puede decir que esté incluida digitalmente, este sería el segundo nivel. Incluso se está desarrollando un modelo en el que se cuenta que el acceso, la habilidad y el uso no son suficientes, porque se deben hablar de resultados tangibles. Ese es el tercer nivel.

¿Es necesaria una alfabetización digital desde la formación en las escuelas?

Sí, pero no solo eso. Las escuelas tanto como las bibliotecas tienen una doble función, son unos lugares en los que los jóvenes y adultos pueden tener un internet de mejor calidad, porque muchas veces la gente en sus hogares no tienen los recursos para acceder a internet o celulares. 

Estos lugares siempre han tenido una función de pedagogía que va más allá de cómo aprender a usar algo, se trata de entender cómo sacar beneficios tangibles. También se trata de enseñar habilidades blandas que tienen que ver con la interacción, porque las tecnologías se llaman de información y comunicación por alguna razón, no solo para obtener información, también para establecer conexiones con otra gente. 

Aunque es evidente que sin acceso no puede haber inclusión, quisiéramos preguntarle qué papel juegan las habilidades en este tema, es decir, ¿no basta con tener tecnología sino qué se hace con ella?

No basta con el acceso y lo podemos pensar desde nuestra propia experiencia, por ejemplo, si alguien debe llenar un formulario en internet y no tiene el conocimiento se le va a hacer complicado, solo las personas que saben cómo usar este sistema van a saber cómo manejarlo. 

Esas habilidades son fundamentales para usar las plataformas y convertirlas en beneficios tangibles. Incluso cuando tenemos alta calidad de acceso, hay una desigualdad muy fuerte entre los grupos que históricamente han sido olvidados y aquellos que han tenido una posición de más ventaja en la sociedad. Una política pública que solo se enfoque en dar acceso tendrá como resultado la amplificación de las desigualdades.

¿Cómo se puede combatir la desigualdad digital y qué papel deben jugar las bibliotecas?

No hay una misma solución para todos, por ejemplo, para implementar cursos de habilidades exitosos para disminuir la desigualdad histórica, hay que enfocar programas específicos para los diferentes entornos. Por ejemplo, algunos de los que existen como el coding (programación), no tienen importancia para la gente en su vida diaria, pues necesitan otro tipo de habilidades digitales.

También es importante enseñar cómo protegerse del bullying, el sexismo y el racismo. También hay una falta de educación y formación digital en las poblaciones más desventajadas, que no entienden que el comportamiento en línea y la forma en que usan las tecnologías hacen de los espacios digitales un lugar menos cómodo para gente que viene de diferentes grupos sociales o diferentes características socio culturales.  

Es muy importante no solo enfocar la educación en enseñar lo digital. Todos debemos entender cómo nuestro comportamiento y uso de las tecnologías influye en los demás.

¿Cuáles son los grupos más propensos a quedarse rezagados?

Lamentablemente no es nada nuevo, son los mismos grupos que siempre han sido marginados. Depende un poco del país y la sociedad en la que vive porque históricamente en el mundo han habido diferentes niveles de desigualdades, por ejemplo, vemos que los países con altos niveles de desigualdad de género también lo replican en el mundo digital... No van a poder resolver la desigualdad social sin resolver la desigualdad digital.

Como para dar una respuesta un poco más puntual, una de las cosas que vemos en la desigualdad social, como en lo digital, es que la gente que está en más riesgo de quedar excluida, es la que tiene una combinación de diferentes tipos de desigualdad social, ejemplo los grupos étnicos, mujeres pertenecientes a estos grupos con bajo nivel de educación o con problemas de salud, cuya realidad más probable es que no pueda participar en el mundo digital.

¿Cómo enseñar a los adultos y a los niños a relacionarse con el mundo digital?

El primer paso es no separar el mundo digital del mundo social, así como hablábamos de que todas las cosas que hagamos en la vida no digital son importantes, también está ocurriendo que hay una vida digital en la que se puede acceder a servicios, actividades e interacciones que están en línea. 

Ahora, ¿cómo hablarle de lo digital a la gente que no está tan conectada y no participa en estos canales? Debemos decirles que esto no va a reemplazar lo demás, al contrario, lo fortalece.  Por ejemplo, los adultos mayores crecieron en un mundo en el que las tecnologías no estaban tan presentes, quizá para ellos es mucho más importante hacer ese vínculo de comparar su vida diaria con la vida digital; mostrarles cómo lo pueden usar sabiamente. 

Lo ocurrido con la pandemia nos obligó a involucrarnos más con la tecnología. ¿Qué aprendizajes y retos nos dejó esta coyuntura?

Desde mi punto de vista profesional, la gente ya no puede negar que tener un acceso bueno y habilidades para usar la tecnología es importante. Algo fundamental para vivir en la sociedad actual. Fue fundamental cuando los profesores se dieron cuenta de las circunstancias bajo las cuales sus estudiantes estaban usando la tecnología en casa, eso ayudó a entender por qué los niños o jóvenes no pueden involucrarse tanto en las tecnologías para usarlas en otras situaciones diferentes del colegio. 

Nos hemos dado cuenta de que sin resolver el problema de la desigualdad digital no vamos nunca a poder dar una educación equitativa en la población. Creo que eso fue un aprendizaje de la pandemia.