La Biblioteca Pública de Bosa se convierte en un punto de encuentro y resistencia, donde los sabores de la comunidad se entrelazan con las luchas sociales y la solidaridad. La iniciativa fue liderada por Ángela Leonor García, Fabio Meneses, Marlyn Quintero, Marleny Ariza, y Luz Ángela García, la olla comunitaria surge como respuesta a las protestas del 2020 y 2021, así como a los desafíos de la pandemia de COVID-19.
 

"La olla es más que comida, es un espacio donde compartimos historias, trovas y risas", comparte Marleny Ariza, destacando la importancia del micrófono abierto como una herramienta para fortalecer los lazos comunitarios.

Cada jueves, en "Herencia de saberes", el costurero ecológico de la biblioteca, donde se reunían para planificar los ingredientes y recetas para la próxima olla al día siguiente. La diversidad de sabores y tradiciones se reflejaba en cada preparación, aunque a veces surgieran debates sobre los ingredientes y métodos de cocción.

La olla comunitaria, además de alimentar los cuerpos, nutre el alma y fortalece los lazos entre vecinos. "La Biblioteca es mi segundo hogar", afirma una asistente, resaltando el papel vital de estos espacios en la creación de comunidad.

¿Cómo nació está olla comunitaria?

“La idea surge a raíz de las protestas sociales en 2020 y 2021, que coincidieron con la pandemia. No fuimos ajenos a esta situación en una localidad como Bosa que tiene un tejido social muy fuerte. Esto empezó a fluir gracias a los amigos de la biblioteca y creamos primero la huerta para los jóvenes de la comunidad; y en ese momento nos pusimos a pensar cómo íbamos a apoyar las protestas”, manifestó otra de sus lideresas.
 

Y agregó: “En ese momento se nos ocurrió hacer una olla comunitaria para el Portal de las Américas. Fue terrible la represión que hubo en el llamado 'Portal de la Resistencia', pero no nos quedamos con las ganas y la armamos en la terraza del centro comercial donde está ubicada la biblioteca. Hubo unión de la comunidad en torno al fuego y esto nos dio el punto de partida para lo que tenemos ahora”.
 

Con el apoyo de la Biblioteca y los usuarios, la olla comunitaria se mantiene ahora como un símbolo de resistencia y solidaridad en Bosa. Como señala Víctor, asistente al evento: “las bibliotecas son mucho más que libros; son lugares donde se forjan vínculos y se construye comunidad”.

En medio de las adversidades, la olla comunitaria de la Biblioteca Pública de Bosa fue un faro de esperanza, convocando a más sabores y experiencias que enriquecen el tejido social de la comunidad.