Goles y cuentos, la apuesta de "Literarrios" y el PPP Castilla para acercar a los niños a la lectura
"Profe, ¿para qué nos manda a leer si no nos va a preguntar?", fue la pregunta de un niño que, en la previa de un entrenamiento de fútbol, llamó la atención de quienes lideran el proyecto de biblioteca comunitaria desde la iniciativa Literarrios en la Supermanzana 7 de la localidad de Kennedy. La pregunta del menor los llevó a creer en que los libros, como el deporte, son un detonante de creatividad en niños y niñas. Así fue cómo la mediación de lectura se convirtió en uno de los elementos claves para los entrenamientos que realizan cada semana.
Desde hace varios meses, Literarrios se posiciona como una iniciativa barrial para la transformación social y la recuperación de un parque en ese sector de la localidad, un proceso en el que participan vecinos de la comunidad, colectivos, bibliotecas comunitarias y el Paradero Paralibros Paraparques Castilla de BibloRed, con el propósito de potenciar desde la cultura las oportunidades de desarrollo de niñas, niños y jóvenes.
El líder de este proceso, Andrés Buitrago, que se define como ex publicista y promotor de lectura, nos reseña que su cercanía con los libros parte de su experiencia como extranjero durante dos años en Argentina. “Yo dibujaba y en Argentina tenía que hacer largos trayectos en los buses, entonces no podía. Comencé a escribir lo que quería dibujar y cuando me di cuenta tenía muchos personajes, así me enamoré de las letras. Estos personajes llegaban a abarcar más características de las que yo podía plasmar y comencé a conocerme”, recuerda Andrés.
Y fue en la pandemia del Covid-19 cuando Andrés comenzó a comprobar las oportunidades de transformación social abren los libros y, en general, la lectura. Así, con talleres virtuales con niños de su barrio y una gira por otras ciudades del país se inspiró junto a otros amigos a crear la biblioteca comunitaria "La Casa el Perro" o "Vivoteca" en un espacio recuperado donde había un arenero dañado.
En "La Casa del Perro" sus usuarios y usuarias encuentran literatura infantil en un espacio construido con madera reciclada y gracias a la suma de voluntades de la comunidad. Pero materializar este espacio bibliotecario implicó superar inconvenientes de cultura ciudadana con la recolección de los desechos de las mascotas por parte de sus dueños, una situación que dividió a los vecinos.
Superar esa situación fue una oportunidad para la creatividad y el trabajo en equipo, por eso, Andrés recuerda que "hicimos una mesa creativa y los niños escribieron una carta con razones como que los perros deben entrar a los parques porque el parque es de los niños, no de adultos; y al parque de los niños entran sus amigos, que suelen ser las mascotas".
La propuesta iba acompañada de acciones pedagógicas para que los vecinos recogieran los desechos de sus mascotas y se llegó a un consenso. Uno de los aspectos que los niños y niñas más toman en serio es el juego, por eso el lema de Literarrios es: "la diversión muy seriamente".
Expandir oportunidades
En "La Casa del Perro" buscan expandir las oportunidades y en el deporte tienen una herramienta para acercar a adolescentes a la lectura. Por eso, quien quiera entrenar primero participa en talleres de lectura y quien quiera leer, participa de los entrenamientos de fútbol. Además, fomentan el disfrute del fútbol en paz, debido a que en el sector se padece la problemática de la violencia entre barras bravas.
"Encontramos la analogía entre el fútbol y la literatura porque mientras lees un libro sientes emociones como tristeza, alegría, decepción, asombro o rabia. Cuando ves un partido de fútbol pasa lo mismo. También intentamos ver al fútbol como lo fue pensado, que era un juego, más no como una competencia", explica Andrés Buitrago.
En este espacio bibliotecario comunitario, Sebastián Carrillo, mediador territorial del Paradero Paralibros Paraparques Castilla, extiende su labor con talleres literarios. Sus talleres los desarrolla como una previa a los entrenamientos de los niños entre 6 y 12 años. Los papás acompañan a sus hijos a las actividades que se extienden a talleres sobre temas medioambientales, clases de música o italiano.
"Mi hija no era capaz de pasar el pasamanos. Un día, Andrés se dedicó a enseñarles a pasarlo. Lloraron, rieron y otros se pusieron felices porque lo lograron. Ese día ella llegó a dibujar y hacer cuentos. Mi hija es feliz acá en el parque. Hay que tratar de regar la bola y decirle a los papás que saquen los niños para compartir con ellos y uno hasta cambia de ambiente", dice Adriana Florian, madre de una de las niñas que conforman el proyecto.
El éxito de estas jornadas llevó a este colectivo a realizar la convocatoria de la Libro Copa del Kennedy Micrero. El pasado 12 de octubre participaron seis bibliotecas comunitarias del sur y la ruralidad de Bogotá con equipos de niños y niñas entre 8 y 16 años para competir en una jornada amistosa. Se espera que se unan más en las próximas semanas para fortalecer la red bibliotecaria con goles y cuentos.
La Casa del Perro ha aportado a recuperar y cuidar el espacio público, hoy en el parque en el que se encuentra, la literatura y el deporte son protagonistas.