
Cristóbal Esguerra, su relación con los libros y el uso de la literatura como herramienta terapéutica
Por: Julián A. Gómez Mejía
El primer sueño que Cristóbal Esguerra tuvo antes de querer ser escritor, director y finalmente músico, era el de ser bombero. Este músico colombo-ecuatoriano frecuenta los talleres de literatura que ofrecen los mediadores territoriales de BibloRed: Sonia Parra y Fabio Ariza en los hogares de paso de Bakatá y Puente Aranda, que son parte de los Centros de Atención Habitante de Calle, de la Secretaría de Integración Social..
“Nací en Guayaquil, una ciudad que emergió de las cenizas, tuvo tres grandes incendios y tiene el cuerpo de bomberos más antiguo de América. De niño quise ser bombero porque es lo que te vincula a tu cultura, al pedazo; o sea, a tu territorialidad, pero con el tiempo me incliné hacia las artes”, señala Cristóbal a sus 53 años.
Entre los ires y venires en Ecuador y Colombia, Cristóbal regresó a Bogotá hace dos años y se vinculó a los servicios de la Secretaría de Integración Social. Su acceso se debió principalmente a la falta de empleo, y después por una recaída personal.
Sin embargo, su vía de escape a esa realidad la ha podido encontrar en el arte. En su proceso ha tenido la oportunidad de pasar por los hogares de paso de Mártires, Bakatá, El Voto y Puente Aranda. En estos espacios ha tomado clases de música, teatro y talleres de escritura creativa y literatura.
“De la misma forma en que coges una guitarra, empiezas a cantar y logras generar crear una atmósfera diferente -aún entre personas que venimos de la calle- las letras también lo logran. La literatura tiene la capacidad de brindarte un escenario en el que confrontas todos los días la hostilidad, la discriminación, la criminalidad y la precariedad. La lectura y los libros nos brindan esa oportunidad”, explica Cristóbal.
De la costa de Guayaquil a sus raíces en el altiplano cundiboyacense
Cristóbal señala a su padre, un ingeniero industrial, como el responsable de su sensibilidad con las artes. A pesar de que lo vio siempre como gerente de proyectos en el área de industrias gráficas, cuenta que le sirvió como ejemplo al ser un gran lector. También fue quien lo conectó a su ancestralidad bogotana.
“Amo Bogotá, me siento un bogotano más; un bogotano costeño”, dice recalcando que cuando cambió de Guayaquil por la capital colombiana, nunca dejó de sentirse en casa porque la ciudad lo acogió como a otro hijo más.
En una época en la que el movimiento hippie tuvo su gran auge en Bogotá, Cristóbal cuenta que fue gracias a ese momento que su padre lo introdujo en la música de Bob Dylan y The Doors. En cuanto a la literatura, desde niño, y hasta hoy, su gran faro ha sido Mark Twain. Siempre tuvo a la mano un ejemplar de Las aventuras de Tom Sawyer y también libros de Charles Dickens, Oliver Twist y Julio Verne.
“Mi padre llegaba cada semana con un libro diferente. Entonces, nos peleábamos con mi hermanita para ver a quién le tocaba el libro. De él tengo influencia por la música clásica, el jazz y el rock. Posteriormente, adquiero otras influencias de la música brasileña o lo afroamericano, un lenguaje que me tardó la mitad de mi vida en explorar y desarrollar como porteño, porque Guayaquil es una ciudad con mucha diversidad, pero que tiene una fuerte presencia afro”, señala.
Además de Colombia y Ecuador destaca la gastronomía autóctona de la costa Pacífica, también los ritmos andinos como el yaraví o el sanjuanito y el folclor de la música de marimba, el pasillo costeño, el candombe y el tango. La transversalidad de los talleres que ha tenido con los mediadores territoriales de BibloRed le han permitido a Cristóbal expandir su pasión por diferentes ejes culturales y artísticos.
El arte como necesidad
En un contexto como los hogares de paso, habitados por una población volátil como lo son las personas de habitantes de calle, el arte resurge como un eje transversal con capacidades terapéuticas.
“Hay gente en los hogares de paso que realmente me ha dejado sorprendido. Conocí un señor que había escrito un libro sobre el tema terapéutico con un enfoque metodológico diferente. Nos dio unos pequeños avances y alguno de los profes quedó sorprendido. Es fundamental fomentar la lectura porque nos garantiza el derecho al acceso de la literatura, los libros y la historia”, complementa Cristóbal.
Los mediadores territoriales del PPP Ciudad Montes y del PPP Santa Isabel, llevan a cabo estos espacios de mediación de lectura en los hogares de paso Bakatá y Puente Aranda desde hace más de 5 meses, con el apoyo de la Biblioteca Pública Néstor Forero Alcalá – Puente Aranda, desarrollan múltiples actividades en pro de la lectura, la escritura y la oralidad dirigidas a las personas habitantes de calle.