Reconocimiento, aprendizaje y memoria histórica: la transformación de vidas a través de BibloRed
Las diferentes Salas de Lectura y Bibliotecas Públicas de Bogotá han sido el escenario perfecto para desarrollar cultura, experiencias de vida y crecimiento personal en sus habitantes y vecinos; esto por medio de actividades que van más allá de leer o solicitar un libro. Literalmente, hay casos donde las bibliotecas se han convertido en el segundo hogar para las personas.
Y precisamente en este artículo, desde BibloRed queremos destacar a cinco usuarios y usuarias que protagonizaron la sección LEO Contigo a través de sus loables historias destacando la recuperación de memoria histórica, el aprendizaje, el reconocimiento y la ruralidad.
Es el caso de Mónica Lorena Niño e Isabel Alejandra Rojas, usuarias de la Biblioteca Pública Lago Timiza que se inspiraron en su Bibliohuerta para realizar su tesis de grado en aprovechando materiales reciclables de la mano de sus habilidades artísticas: “La biblioteca es un mundo social e intelectual lleno de aprendizajes y experiencias que llenan el alma”, reseñaban. Vea aquí la historia completa.
La felicidad del “reconocimiento”
Caso similar de reconocimiento para Marilyn, diseñadora de modas y fotógrafa venezolana que llegó a Bogotá hace 5 años en busca de nuevas oportunidades; y así encontró en la Biblioteca Pública Bosa su lugar ideal para plasmar sus sueños pasando de un café literario a la educación ambiental y el reciclaje que le permitió empezar un emprendimiento y luego ser tallerista en la biblioteca a la que agradece el “reconocimiento” de los usuarios y usuarias. AQUÍ la historia.
Aprendizaje deportivo para la tercera edad desde las bibliotecas
También está don Rafael Enrique Gómez, quien aprendió a patinar gracias a su interacción con la Biblioteca Pública Usaquén - Servitá. En sus tiempos libres se acercaba al espacio de lectura para consultar todo tipo de libros hasta que se cruzó con uno sobre técnicas deportivas, específicamente en el patinaje. Ahí empezó a poner en práctica esas teorías hasta patinar por todas las calles de la localidad que ya conocía por su labor como vendedor ambulante. AQUÍ su historia.
El valor de la memoria histórica
Por otro lado, aparece Luisa Sabogal, una joven habitante de Ciudad Bolívar y artista urbana que también es mediadora del Paradero Paralibros Paraparques Illimaní. Ella es fundadora del colectivo Bogotá Colors que colabora en el laboratorio “Marca de Agua” de la Biblioteca Pública El Mirador y a través de los espacios de lectura ha rescatado la memoria histórica de su localidad.
Para Luisa, como habitante de Ciudad Bolívar, este tipo de iniciativas lideradas por la Biblioteca Digital de Bogotá y la Biblioteca Pública El Mirador son vitales “es muy importante tener esa memoria tanto en un espacio físico como digital; que las personas quieran saber qué es Ciudad Bolívar y puedan encontrar diferentes relatos es algo muy significativo y es un regalo muy importante para esta localidad, siento que espacios como estos también abren la pauta para que muchas personas quieran seguir trabajando en pro de la comunidad”. Historia completa AQUÍ.
El valor de los libros en la ruralidad
"Leo muchas novelas; también tengo un gusto por la política y los libros de historia", cuenta Tatiana Rodríguez, una joven de 26 años residente en la ruralidad de Ciudad Bolívar. Cursa séptimo semestre de Medicina Veterinaria en la Universidad Nacional y es una usuaria frecuente de la Biblioteca Público Escolar Pasquilla.
Tatiana comenta que el gusto por la literatura lo obtuvo de su hermano mayor y es una escapatoria en medio de la rutina de su trabajo, pues se paga la carrera universitaria con lo que gana atendiendo un billar en Ciudad Bolívar. Al fin y al cabo, la biblioteca rural le hace la vida más fácil y contribuye a su formación intelectual. Historia completa AQUÍ.