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Enrique Melo, usuario destacado de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo / Foto: María Camia Aguilera - BibloRed
Enrique Melo, usuario destacado de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo / Foto: María Camia Aguilera - BibloRed

Enrique Melo: vida, ritmo y palabras en la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo

Lunes, Mayo 26, 2025 - 15:46
Enrique ha sido toda su vida un amante de la lectura y la música, a sus 70 años, cuenta con un espacio en la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo que logra usar la música y la lectura como puentes de comunidad y conocimiento.

Por: María Camila Aguilera Garzón

Enrique Melo nació hace 70 años en Santa Marta, aunque nunca vivió allí. Su infancia transcurrió en Bogotá, y luego su vida tomó rumbo hacia Caracas, Venezuela, donde se formó, trabajó, fue padre, músico, abogado y promotor cultural. Hoy, vive en Bogotá y es un usuario comprometido con la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo, donde coordina e imparte uno de los espacios más nuevos: el Café Musical.

Pero Enrique no es simplemente un visitante habitual; su presencia en la biblioteca es una extensión de toda una vida dedicada al arte de escuchar, compartir y comprender la música. "Mi actividad siempre fue doble", comenta. "Estudié percusión y también me gradué como abogado. Mientras trabajaba en el área Jurídica y Gerencial, nunca abandoné mi vínculo con la música". De hecho, fundó y dirigió durante más de dos décadas una empresa de representación y producción de espectáculos en Venezuela, donde promovía conciertos y asesoraba sobre los cuidados que requiere un buen montaje escénico.

La pasión con la que Enrique habla sobre su evolución musical es palpable: desde la música clásica, o como él prefiere llamarla, académica, que lo acompañó en su juventud, hasta el descubrimiento del rock progresivo británico, pasando por el jazz, el blues, géneros musicales que acompañaron sus largas tertulias con amigos. "En mi generación nos reuníamos a escuchar música, así como se reúnen a conversar o a jugar cartas. Era un ritual colectivo", recuerda.

Ese espíritu de encuentro sigue vivo en el Café Musical de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo, un espacio que hoy coordina y que lo ha conformado como un punto de conversación y exploración de nuevos ritmos y canciones. Allí, junto con otros usuarios de la biblioteca, escucha música de distintos géneros, comparte sus descubrimientos musicales, invita a salirse de las listas de reproducción automáticas y a "confundir al algoritmo" para ampliar la experiencia musical. Para Enrique, escuchar también es crear: "La música nace en la mente, se convierte en partitura, se interpreta, se escucha. Ahí termina su ciclo. El oyente es un co-creador”, recalca.

“No necesitas saber teoría musical para participar. Aquí nadie tiene que reconocer un do o un re; lo que importa es venir, compartir y sentir. Todo el mundo tiene derecho a participar, por eso este espacio está abierto para todos: para que le quitemos el miedo”, agregó, cuestionando también la idea de que la música académica es seria o inaccesible.

Consciente del valor de lo diverso, Enrique defiende la escucha sin prejuicios. "Yo respeto profundamente a los artistas populares como Shakira o Karol G. No los sigo, pero valoro el trabajo que han hecho. Lo importante es mantener abiertos los oídos y el corazón". Por eso, su misión no es solo compartir lo que le gusta, sino también aprender de las nuevas generaciones y abrir espacio para todo tipo de sonidos.
 


 

Pese a que su gran amor siempre ha sido la música, los libros, las letras y la lectura han acompañado su vida, así como él lo relata: “Es que no recuerdo cuando comencé a leer. Como todos empecé con el cómic y el periódico que estaba siempre en casa.” Sus tardes transcurrían entre libros y canciones, como un combo perfecto con el que se inició a muy temprana edad. 

Enrique confiesa entre sonrisas que, durante la educación media, casi a la par de la época en la que inició a leer de forma más consciente, su parte favorita era la literatura, los libros propuestos durante las clases y los trabajos que venían junto a ellos. “Mi profesor era colombiano, además de la costa, entonces cada vez que iba a hablar sobre García Márquez y sus obras me escogía como asesor, leía un cuento y me preguntaba si estaba bien ambientado, yo respondía con lo que había visto y lo que me contaba mi abuela”.

La Biblioteca Julio Mario Santo Domingo le ha dado a Enrique un lugar para seguir cultivando su amor por la música y también por la lectura, porque, como dice citando a Borges, "mejor que escribir libros es leerlos". Con sus años, su experiencia y su sensibilidad, Enrique ha hecho del Café Musical un punto de encuentro intergeneracional donde la música se vuelve conversación.

En cada sesión, Enrique no solo comparte canciones: ofrece tiempo, historia, y una invitación constante a descubrir, escuchar y convivir entre diferencias. En tiempos de algoritmos y velocidad, su presencia nos recuerda el valor de detenernos a oír, con atención y curiosidad, lo que los otros tienen para decir o para cantar.

Si llegaste hasta el final de la historia y te interesa participar en este taller, te esperamos en el Café Musical todos los sábados a las 4:00 p. m. en la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo, que este mes celebra sus 15 años como un espacio cultural y social. La entrada es libre y no necesitas inscripción previa.
 

Este espacio está pensado para jóvenes y adultos que quieran disfrutar de la música, sin importar su experiencia.

 

Disfruta AQUÍ el Fotorreportaje completo sobre Enrique Melo


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