Créditos
Invitadas: María Paz Guerrero, escritora, profesora y poeta.
Investigación: Ana María Reyes, del equipo de programación cultural de BibloRed.
Locución: Juan Afanador, del equipo de programación cultural.
Producción, edición y publicación: Paola Baquero Jiménez, productora de audio y podcaster de BibloRed.
Dirección: Isabel Salas, líder del equipo de comunicaciones de BibloRed, y Paola Baquero Jiménez, productora de audio y podcaster de BibloRed.
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Cabezote: Este es un podcast de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá, BibloRed.
Bienvenidas y bienvenidos a esta serie podcast, Poesía para la Vida. Aquí creemos que la poesía está más cerca de lo que pensamos y que no tenemos que ser personas expertas para poder disfrutarla. Leer es simplemente poner atención.
Ana María: Hola. Yo soy Ana María y esto es un nuevo episodio de Poesía para la Vida. Antes de empezar con nuestra poeta de hoy, Enriqueta Arvelo Larriva, quiero presentarles a nuestra invitada de hoy, que también es poeta, María Paz Guerrero.
María Paz es profesora y poeta, su libro más reciente de poesía se llama: "Lengua rosa afuera, gata ciega", de la editorial Impar. Hola, María Paz.
María Paz: Hola, Ana. Gracias por la invitación.
Ana María: La premisa de este podcast es que la poesía está en la vida y la vida está en la poesía. Hoy vamos a leer un poema de una poeta venezolana llamado "Presentación de mi voz nueva", pero antes de pasar al poema vamos a dar un corto contexto sobre Arvelo Larriva. Como ella misma afirmó creció en el llano, un llano ciego y lejano de la vida cultural, no obstante ya desde su primer poemario deja a un lado de la poesía modernista y nativista que la rodeaba para escribir, como recuerdan Yolanda Pantin y Ana Teresa Torres, una poesía que abandona el uso de la métrica y ayuda a fundar así la poesía moderna de Venezuela al incorporar el verso libre y otros diversos recursos poéticos. A lo largo de su vida, Enriqueta Arvelo Larriva fue ganando reconocimiento e hizo parte progresivamente de la intelectualidad venezolana e hispanoamericana, especialmente cuando se trasladó a Caracas.
De hecho tuvo intercambios epistolares con Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou, dos reconocidas poetas que ya leímos en capítulos pasados de este podcast; fue así una figura clave en el proceso de incorporación de la mujer venezolana en la vida pública. Arvelo Larriva fue columnista, fue diputada de la Asamblea Legislativa de 1947 y escribió seis libros de poesía; el primero de los libros "Voz aislada" fue publicado en 1939 y el último, "poemas perseverantes", en 1960. Su poesía tiene una emoción contenida, una parquedad y explora con maestría el silencio de la palabra.
A continuación, escucharemos en voz de María Paz, el poema "Presentación de mi voz nueva", publicado en el libro "Voz aislada" de 1939. Pueden seguir la lectura de este poema en la descripción de este episodio.
María Paz:
Presentación de mi voz nueva
Brota firme, honda, motorizada,
porque mi corazón ablandó la semilla.
Es una voz profundamente mía,
más la daré sin sacrificio.
Huele a cedro mi voz bienvenida
y se alza sin un pliegue.
Ella —qué novedad— me dará un gozo bravo:
la sembraré en el montón sordo.
Ana María: Gracias, María Paz, ¿te gustó este poema?, ¿hay algo que nos quieras contar en particular?
María Paz: Sí. Cuando me propusieron tres poemas y que eligiera el que quería, elegí este porque aparece la palabra motorizada.
Ana María: Empecemos por esa palabra: motorizada. Ella dice: la voz brota firme, honda, motorizada; este adjetivo en medio de la vanguardia, pues no sienta un tono en el poema. ¿Cómo escuchas tú esa voz motorizada?, ¿qué te suena?, ¿cómo a que consideras que hace referencia?
María Paz: Es que me parece que es esa palabra la que desestabiliza el poema, como que lo hunde o lo proyecta hacia otro lugar, como que las imágenes que tiene el poema son pues muy contundentes, pero lo motorizado me saca del tono natural, de lo personal, de la búsqueda y me pone en otro lugar. Claro, yo no lo leo como algo perteneciente a un momento o como una palabra que viene porque la poeta quiere ser más contemporánea o sonar novedosa, no, sino como esa cosa que logran los poetas con el lenguaje, que es de repente traer una palabra que uno no se espera que esté ahí y la traen y ahí, un texto tan corto y tan contundente, se convierte en otra cosa.
Ana María: Lo que yo sentía era que, yo escuchaba esa voz motorizada, como una voz ronca, como una voz, como una voz que casi grita y que está ronca, como en esa hondura. Enriqueta está estrenando voz en este poema, no, se llama: "presentación de mi voz nueva", y se está deslindando de como una prosa pasada, unos versos pasados, también como de viejos ritos, incluso se está deslindando de la influencia de su hermano que también era poeta. ¿Qué opinas de esto?, yo sentía que a veces las influencias o el pasado como que nos traza un camino y nos permite caminar, pero otras veces las influencias igual son complicadas, pues porque nos maniatan un poquito. Es nuestra voz profundamente nuestra, para citar a la poeta, o hablamos a través de los otros o hay como una liberación en presentar una voz o presentar una voz, nunca es presentar una voz.
María Paz: Bueno, mira, es interesante porque yo no leí esa presentación con relación al contexto de la poeta, sino como una acción, digamos desligada de un contexto específico, pero me parece súper interesante el ejercicio que podemos ver de cómo es necesario para esta voz poética presentar una voz, o sea me parece súper inquietante y además le da la bienvenida, la acoge y creo que lo que hace, pues hacer ese énfasis en profundamente mía, porque es como una especie de manifiesto de tomar la voz, de tener una voz, como sentar el precedente de tener una voz implica darle una bienvenida, que implica a su vez como decir que es suya porque es tan necesario decir que es suya y digamos tan profundamente, en el sentido de como si hubiera una voz que no es tan de ella, como si pudiera ver algo que no es tan de uno. Hay voces que no son tan de uno, tal vez el lenguaje cotidiano que usamos sin tener esa conciencia, no es tan de uno y acá está buscando algo profundamente suyo, que no se sabe cómo es, no tiene definición, pero si tiene como una manera de parecer muy particular que es la que nos muestra este poema.
Ana María: Yo no lo había pensado así como que esa voz profundamente suya, podría ser como esa voz poética y esa voz que no es profundamente suya, sino que es otra voz, es la voz para referirse a los otros, tal vez, o para hablar como de otros temas y en otros términos, y la voz poética es la que se convierte en profundamente suya porque es la que como que nace de ella, como la que sale de su mano más bien. Al principio del poema ella escribe: "porque mi corazón ablandó la semilla" ymás adelante vuelve a hacer referencia a sembrar la semilla en un montón sordo, ¿qué es esa semilla para ti, María Paz?, ¿es la palabra, es la voz? y ¿qué significa como sembrar la semilla?
María Paz: Fíjate que yo cuando leo poesía no sé qué son las cosas y me gusta que no, o sea, como que me quedó en una especie de literalidad como en una materialidad, porque yo leo como un perro, como puede leer un perro que solo está oliendo y como percibiendo puras sensaciones. Yo lo que experimenté con esto que me estás planteando es unos movimientos, por eso lo motorizado me interesa, porque lo motorizado me lleva al movimiento, es una voz que produce movimiento, que es como una máquina que genera acciones y eso me parece súper inquietante. Entonces, primero la idea de que la voz brota por sí, o sea tiene como una vida propia y actúa brotando, se alza de una manera así súper enérgica, de nuevo con lo motorizado, y la voz poética hace algo con esa voz que sembrarla.
Es muy interesante la verticalidad de este poema, como que esa voz, porque ese asunto de la hondura, no, como le da cuerpo a la hondura la poeta por ese por ese gesto, esa acción de ir subiendo de la voz, pero después cuando ya está la superficie de esa voz, la voz poética la siembra, o sea, la vuelve a como a echar para abajo, ¿no?, entonces es como una subida y bajada, siempre en una verticalidad, como que me pregunto que esa siembra sucede como en una especie de horizontalidad, porque parece que el montón sordo fuera la horizontalidad posible y que ella está, digamos atravesando ese montón sordo con esa siembra vertical, algo así, entonces como que vi como ese movimiento.
Ana María: Sí, qué lindo. Yo no lo había pensado y sientes que es cíclico, como que brota y vuelve, y la siembra, y vuelve y brota, y vuelve y se alza y vuelve, ¿sientes que así es?
María Paz: Súper interesante pensar si es cíclico, no se sabe porque fíjate que la siembra en un montón sordo, ¿no?
Ana María: Claro.
María Paz: A mí me pareció muy interesante el montón sordo porque el montón es como indefinido y parece interesante esa búsqueda de lo indefinido para describir en donde siembra porque eso indefinido al lector le produce la sensación de poderlo llenar, ¿verdad?, y que ese montón este sordo nos hace pensar como en ese bueno, no sé a mí me hizo pensar en el llano, ¿verdad?
Ana María: Ajá
María Paz: pero el lector no tendría por qué saber que esto podría ser el llano, sin embargo, es como un lugar en donde se está sembrando un elemento sonoro, pero en ese espacio lo que hay es esta configuración de lo sordo, no sé si vuelve a brotar, que pesimismo, pero pensemos que sí.
Ana María: Claro.
María Paz: Lo que pasa es que me cerró con el montón sordo, ¿me explico? Tal vez la poeta está planteando el gesto por volver a sembrar, pero como creo que en ese espacio del montón sordo está como su apuesta política, como de hay una horizontalidad, hay un espacio en donde hay ese lugar y lo que la poeta está como mostrando es todo el proceso de ese brotar de la voz y lo que hace. Ojalá sea cíclico.
Ana María: Yo sentía con ese montón sordo cuando leía, pensaba como en el génesis, más o menos cuando no había nada, ni luz ni sonido y era todo como un hueco sordo en el que no escucha nada y en el que con la palabra se siembran cosas y con la palabra se crean cosas, entonces yo, en una lectura un poco más optimista, yo sentía que Enriqueta estaba sembrando como esa voz profundamente suya con, no sé si la palabra correcta sea esperanza, pero como con el interés de ver que iba a brotar de ahí, porque no sé, luego he pensado como ¿el montón sordo será como gente que no quiere escuchar?
María Paz: Puede ser, no, pero ahora que lo piensas y que miro el poema, el primer verbo es brota y digamos que visualmente el último verso empieza con la sembraré, y entonces si pienso que hay algo cíclico; brota, la sembraré, brota, la sembraré, de acuerdo.
Ana María: Como que sale de ella y la voy a sembrar en una espera o en un interés de que algo pase con ella, en un espacio que nos es pues indistinto, que es difícil saber que es un montón sordo, podría ser muchas cosas, podría ser una tierra árida, podría ser una tierra llanera en la que poco o más no crece sino pasto, pero ella lo intenta.
María Paz: Hay aridez, de acuerdo.
Ana María: Claro. En como hacia la mitad del poema ella dice que va a entregar su voz sin sacrificio, ¿tú sientes que es un sacrificio a veces entregar como la voz a los lectores, a propósito de tu trabajo?
María Paz: Es muy interesante. A mí me parece que este poema es inquietante, esa es la palabra que yo diría, porque está nombrando cosas muy tremendas de la escritura, del ejercicio de la escritura, en el sentido de bueno, yo miraba la voz brota y la poeta la da y la siembra.
Ana María: Claro, y brota porque su corazón la blanda, como que hay un trabajo ahí previo.
María Paz: Eso que no te respondí de qué es la semilla, no, que el corazón ablanda porque hay algo duro, que tiene que haber ese ese proceso de ablandamiento para que brote, eso sí nos lo explica muy claro, y una vez brota, entonces decide darla, el don. Ese don, a mí me parece que ese no sacrificios, el como que afirmar que ella va a ofrecer esa voz que acaba de brotar sin sacrificio, me parece que está hablando como de un ejercicio, de no sé si de generosidad, de entrega, de como si tal vez sin esperar a cambio y tal vez el sacrificio, el esfuerzo está puesto en ablandar la semilla y no en dar eso que sale, o sea, el esfuerzo está puesto antes en el trabajo previo, digamos a lograr que eso que brote sea profundamente hondo y ya una vez sale es para la poeta acá fácil. Tal vez el sacrificio está antes, el sacrificio es ablandar la semilla, como el sacrificio en el sentido del esfuerzo, no, no en el sentido de la crueldad, algo así. Entonces acá ya nos está planteando como con mucha síntesis ese trabajo previo y el don, lo que significa dar la voz al mundo, dar esa voz al mundo y tal vez en ese sentido, ahora que lo pienso, cuando da la voz, cuando le da la voz al mundo ya la está sembrando; como si el don tuviera que ver con siembra y tuviera que ver con ciclo y con proceso vital.
Ana María: Claro. Ahora que te he escuchaba hablar, sentía que cuando leía este poema sola, en mi casa no estaba segura como si me parecía un poema triste o como un poema como barco, pero ahora me parece como un poema profundamente alegre. Ella con un trabajo previo que pudo haber sido durísimo ablandó una semilla que su voz y que es profundamente de ella, que pertenece a su corazón, que está dentro de ella y que está feliz y gozando de que la va a sembrar como en un terreno desconocido.
María Paz: Es que la segunda palabra que creo que desestabiliza el poema es el gozo bravo, como que le da un tono no necesariamente como lo motorizado, que es lo que genera movimiento y que remite a lo maquinal, pero si al hecho de que el gozo es intenso, fuerte, no es un gozo sublime ni creo como embellecedor, es un gozo que tiene una parte de dureza, es un gozo que implica ver que esa siembra se está haciendo en un espacio sordo. Entonces lo que yo siento este poema es que hay una fuerza en la manera en que brota la voz, hay una actitud de describir como brota esa voz con ese ímpetu, porque brota con ímpetu, y es muy interesante porque describe cómo brota con la voz, o sea, hace, no sé si se entiende que el proceso del que está hablando lo está ejerciendo a la vez porque lo está diciendo con la voz que brota.
Ana María: Claro, con la nueva voz.
María Paz: Claro, entonces es una cosa como paradójica, interesante, que logra siempre la poesía de performar lo que dice, que es lo que está pasando acá, está performando lo que dice, pero esa acción es brava, es intensa y es, yo no sé por qué digo política, pero sí, como sí es política en el sentido que hay una fuerza en decir, en nombrar esa voz propia, ahí hay un gesto político y hay un gesto político en sembrarla en un lugar que sabe que es sordo.
Ana María: Claro. Yo como que pensaba en ese gozo bravo y sentía que tal vez era como un adjetivo propio como de Venezuela. Pensaba, por ejemplo en mi mamá que santandereana y mi mamá dice como el sol está muy bravo o se refiere como al bravo no a estar furioso, sino como a una cosa que está como exagerado, pero que no es placentero, pero tampoco es malo, sino como una cosa que está en demasía, como que está pasando como demasiado, pensaba si como tener otro significado en términos geográficos, tal vez como de su país y de su territorio.
Ya estamos terminando María Paz, hay alguna cosa de la que quisieras hablar del poema que no tocamos tú y yo, pero que tú pensaste previamente.
María Paz: Bueno, me pregunte por el lugar de la voz o de las condiciones de posibilidad de la voz hoy, es decir, me pregunté por cómo se escribiría este poema hoy, en la medida en que como que el poema así me hizo pensar en esa posibilidad que tiene el lenguaje en la literatura de mostrarse como ese otro, como ese espacio de construcción ficcional y poético, como un narrador, como el desarrollo de un narrador que está nombrando las cosas que es a su vez una manifestación de una otredad de quién está escribiendo, como me interesa como esa distancia que empieza a establecerse entre la persona que escribe y lo que está escribiendo, y cómo hoy, pues esa voz, ese brotar de la voz de hoy de la poesía, pues está ya en un lugar de multiplicación de posibilidades que no necesariamente, o sea, digamos que el uso del yo y de este desdoblamiento del yo es una posibilidad, pero hay otras en donde por ejemplo se trabaja con collage, con texto encontrado, con sonido, con performance, es decir, como que este lugar de este brotar de la voz es como una especie de inicio de todo lo que viene después de ese encuentro con esa otredad de lenguaje, algo así.
Ana María: Claro, como que la voz ya no se traduce necesariamente en la palabra escrita, sino que la voz y esa voz propia, pues actualmente tiene un montón de variables en todo lo que tú mencionabas, como una voz que es más creativa que escrita.
María Paz: Claro, por ejemplo yo no hablaría del fin de la voz, pero si hablaría de una especie de multiplicación de lo posible de esa idea de la voz poética y de cómo nuestro panorama se caracteriza por ese carácter diverso, sí, porque de pronto nosotros podemos tener una idea de que la poesía es esa expresión del yo y ese yo encontrando su voz, verdad, que es lo que acá hay esta es una línea, pero después de ese encuentro con la voz, es la voz es precisamente lo que se diferencia del yo y que empieza a ser ese lugar de construcción motorizado.
Ana María: Motorizado y onda.
Una última pregunta María Paz, antes de que terminemos ahora sí, y es, en esta visión como un poquito más contemporánea de la que tú nos estabas tendiendo el puente ahorita, ¿cómo ves como la cuestión del género en el poema?, pensando específicamente como cuando hace referencia a que ella, que no sabemos si es la voz, qué novedad me dará un gozo bravo, ¿cómo lees tú eso?
María Paz: Bueno, yo en ese que novedad veo la exclamación de la poeta frente a lo que puede hacer con esa voz en términos de un devenir, pues en la escritura. Yo leí el qué novedad como una exclamación de ella con respecto al encuentro de esta nueva voz, me estoy encontrando con una voz que es nueva y qué novedad para mí lo que puede producir esta voz en términos de gozo bravo, o sea, en términos de una situación intensa, no sé si ese qué novedad está dirigido como al momento en que está escribiendo la poeta, como el momento estético.
La novedad de esta voz para su momento estético está, pues como lo decías tú en la en la introducción, en el ritmo, o sea este poema está cortado, hay una no intención de armonía, de mantener una sí, una armonía, ¿verdad? Entonces ahí hay un corte en la manera de decir rítmicamente. De hecho el montón sordo termina como ensordeciendo, termina casi que apagando el lenguaje, no es un poema que termine en punta abriendo, sino apagando, tal vez por eso yo decía que no sé si continúa el ciclo, tal vez es por eso. Todo muy intuitivo, muy así como la resonancia sonora y creo que entonces el hecho de afirmar una manera no rítmica y el hecho de afirmar un espacio escritural que es una otredad, o sea de empezar a construir ese concepto de voz como otredad y el hecho de afirmar que es suya, en esa afirmación de la voz propia, creo que sí podríamos ver una afirmación también de soy una poeta mujer en un medio en donde no es común, no es fácil que la voz que está siendo escrita por una mujer, digamos, tenga un lugar, ¿verdad?. Entonces como que soy una poeta mujer que además está decidiendo cortar los versos, no ser rítmica, usar motorizada y gozo bravo, algo así.
Ana María: Sí, como de nuevo presentar esta voz mía y esta voz profundamente mía, en ese profundamente mío, que no es mío, o sea que no es tuyo ni es compartido, ni es de mi marido, ni es de mi hermano, pues es profundamente de ella y es profundamente de ella para sembrar la semilla en tierra fértil o en tierra infértil, ella verá lo que hace con su poesía.
Muchas gracias, María Paz por esta conversación maravillosa.
María Paz: A ti Ana. Me parece muy interesante leer entre las dos, eso sí, una maravilla.
Ana María: Sí, a mí también, pero bueno, con esto terminamos y les dejamos a nuestros oyentes como preguntas y caminos para que sigan leyendo.
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