Cada 1 de diciembre el mundo recuerda que la pandemia del vih/sida sigue siendo una realidad. La literatura, como toda arte, ha descrito los estragos de este virus, pero también los esfuerzos por sobrevivir y amar a pesar de todo
El 1 de diciembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una fecha que le recuerda a la humanidad que la pandemia causada por el virus del vih sigue siendo una realidad. Además de ser un llamado a la solidaridad de las naciones, organizaciones y sector privado en la búsqueda de una cura y en el diseño de campañas de prevención. Pero, sobre todo, es un día que busca dignificar a las 38 millones de personas, que según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), viven actualmente con el virus en todo el mundo.
La literatura, como todo arte, es un testigo de su tiempo. Y en estas cuatro décadas, desde que la pandemia se detectó, ha habido diversos autores que han escrito sobre el vih/sida. Bien sea desde el testimonio de quien en los primeros años sucumbía ante las enfermedades o desde quienes tuvieron la suerte de acceder a tratamientos, bien sea desde el testimonio o la ficción, el virus y su evolución (de condena de muerte a enfermedad crónica) han estado presente en la literatura.
Para conmemorar el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida, y recordar que esta es una pandemia que sigue presente en el planeta, te recomendamos los siguientes libros que puedes encontrar en nuestro Catálogo en línea
Al amigo que no me salvó la vida, Hervé Guibert
Este es un testimonio del autor francés, que finalmente murió a causa de las enfermedades relacionadas con el sida. Es el recuento de un cuerpo que de repente se supo enfermo, obligado a lidiar con un sistema de salud que comprendía muy poco del virus. Pero, sobre todo, es la crónica de una sociedad en la que pensadores, artistas y amigos empezaron a morir. Una orfandad de los afectos a finales de la década del ochenta.
Loco afán/crónicas del sidario, Pedro Lemebel
Lemebel es uno de los nombres más radicales de la literatura latinoamericana: exuberante, combativo, radical, poético y performativo. Y en esta colección de crónicas se muestra la cotidianidad de las disidencias de género en el Chile de la dictadura: la fiesta de las locas y las travestis, el deseo sexual, el drama de la enfermedad y la solidaridad de los desamparados que se abrazan para enfrentar la muerte.
Píldoras azules, Frederik Peeters
Cuando en una pareja una de las partes tiene vih y la otra no, esto se conoce como ‘serodiscordante’. Es decir, una persona portadora del virus no deja de amar o ser amada. Y justo sobre este tema trata esta novela gráfica: su autor retrata la manera en que la persona de la que se enamoró le confiesa que es seropositiva y la forma en que él se adaptó a su cotidianidad para amarla.
Antes que anochezca, Reinaldo Arenas
Cuando se encontraba en la fase terminal del sida, Reinaldo Arenas se suicidó. Este libro se convierte en su testimonio vital, como exiliado cubano en Estados Unidos, hombre gay, escritor, intelectual y disidente. Un grito en favor de los movimientos sociales, la rebeldía y la rebelión. Y, además, una mirada a una sociedad que a finales de siglo tenía que enfrentarse contra una pandemia sin precedentes.
El desbarrancadero, Fernando Vallejo
Esta obra es una de las cumbres literarias de su autor, conocido por su prosa rabiosa, su elocuente veneno y su manera de ver el mundo. Sin embargo, y como en toda obra de Vallejo, la ternura tiene un lugar central: él intenta cuidar a su hermano que está muriendo de las enfermedades relacionadas con la fase sida. Y él, Vallejo, intenta hacer lo que sea por salvarlo mientras vocifera contra el mundo que amenaza con arrebatarle a uno de sus amores.
¿Por qué a mí?, Valeria Piassa Polizzi
El VIH es un virus que carga a cuesta estigmas, lo cual genera que se asocie con ciertos grupos sociales. Esto evita que la conversación sobre esta pandemia sea global y que la educación al respecto no sea general. Sobre esto trata este libro, en el que una joven brasileña contrajo el virus en su primera relación sexual a los quince años. Una mirada a la forma en que el mundo parece venirse abajo cuando se tiene un diagnóstico positivo.