Un diálogo con el curador y académico italiano, quien habla sobre la exposición que se inaugurará en la Biblioteca Pública Virgilio Barco el 19 de agosto
Massimo Listri, uno de los fotógrafos arquitectónicos más importantes de la actualidad, envió su trabajo a Bogotá, a propósito de la conmemoración por los 20 años de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá. Con la exposición Laberinto infinito, 24 peregrinaciones a las bibliotecas del mundo, la Biblioteca Pública Virgilio Barco fue el primer escenario elegido para recibir esta colección de imágenes que le permitirá a los bogotanos y bogotanas, hacer un viaje por estos templos del saber desde el próximo 19 de agosto.
Detrás de esto se encuentra Giorgio Antei, un italiano “colombianizado” quien se encargó de pensar, dirigir e imaginar todo el proceso curatorial de la instalación. Giorgio inició sus estudios en la Universidad de Pisa (Italia), donde cursó filología americanista; carrera que lo llevó a interesarse por la literatura épica, colonial y la de la conquista de Las Américas.
Curiosamente su conexión con las letras y los libros inició desde el primer momento de su vida, literalmente hablando, pues, debido a los destrozos ocasionados por la Segunda Guerra Mundial, su familia se vio obligada a refugiarse en una biblioteca, la cual, sin querer, se convirtió en su lugar de nacimiento.
En su adultez, tras realizar varias investigaciones en México y Chile, su espíritu aventurero lo conectó irremediablemente con Colombia, país en el que vivió hasta hace un par de años. Académico, curador y, sobre todo, amante de los libros, Antei habló con BibloRed sobre esta nueva exposición.
¿Por qué hacer una exposición sobre bibliotecas?
Cualquier ocasión para ver y hablar de bibliotecas es importante. Son los templos de la civilización humana, allí es donde se documenta y se festeja la cultura y el arte, es decir, los bienes espirituales. Entonces, diría que presentar bibliotecas a través de grandes fotografías es una forma de celebrar su existencia.
¿Cómo fue el proceso de curaduría de la exposición?
Para cada biblioteca, según su interior y situación arquitectónica, se ha diseñado un montaje diferente que, por una parte, permitirá aprovechar al máximo estos espacios y por otra, creará un diálogo entre la fotografía arquitectónica y la arquitectura real. Es lograr esta comunicación entre la arquitectura tridimensional y bidimensional.
¿Para usted qué representa una biblioteca?
La biblioteca es mi lugar de trabajo e inspiración, ese lugar sin el cual mi actividad no podría darse. Es el comienzo de mi vida intelectual, siempre lo ha sido desde la época universitaria, incluso desde antes, pues, por una extraña curiosidad yo nací en una biblioteca.
Esto se debió a la destrucción causada por la Segunda Guerra Mundial y por el hecho de que mi familia fue alojada temporalmente dentro de la biblioteca cívica de la ciudad. Tengo casi un parentesco de sangre con ellas.
Además de la anécdota anterior, su vida profesional y personal ha estado ligada a estos espacios de lectura. ¿Qué otra experiencia recuerda?
Habría que dedicarle un libro a esto, pero hay una en particular que me tocó en la Biblioteca Nacional de Turín, donde investigué durante unos meses un personaje muy famoso en Colombia como lo es Agustín Codazzi. Había entendido que en esa biblioteca se conservaban unos mapas de él, pero cuando llegué, hablando con algunos bibliotecólogos, me dijeron que en alguna parte existían unos folders con documentos únicos, que habían sido escondidos durante la Segunda Guerra Mundial para ocultarlos de las tropas que ocupaban la ciudad.
Allí había una pared postiza, tras tumbarla, aparecieron millares de documentos y algunos autógrafos. Esto sucede porque las bibliotecas tienen su propia vida, son como las iglesias, están llenas de fantasmas, historias y personajes ausentes que de noche se hacen presentes, lo digo obviamente en broma, pero no tanto.
Háblenos sobre Massimo Listri...
Es un personaje extraordinario que nació y vive en Florencia, alguien que palpita con su ciudad, la cuna del renacimiento, un lugar en el que la gente se siente heredera de los Médici y demás personajes de la época. Massimo es especialmente así, piensa, actúa, se mueve y habla como si tuviera que defender ese legado.
Cuando él hace fotos las hace como si fuera un artista del renacimiento, es decir, en obediencia a las leyes de la perspectiva. Para los visitantes será muy interesante pensar cuál fue el gran descubrimiento de esta época, esos conceptos que han dado lugar a las obras maravillosas que van desde Leonardo hasta Miguel Ángel, y que siguen siendo parte de nuestra civilización..
Su vida ha estado muy ligada a Colombia, ahora continúa unida gracias a esta exposición. ¿Qué significa no perder esa conexión con el país?
Colombia representa mi segunda patria; yo me he colombianizado a lo largo del tiempo, cosa que me enorgullece. He tenido todo tipo de experiencias, íntimas e intelectuales, pero el balance que puedo sacar de esta larguísima experiencia es muy positivo, por eso no quiero interrumpir este profundo vínculo. Un vínculo que me hace feliz y, desde luego, no quiero renunciar a la felicidad.
¿Por qué cree que el ciudadano en general le tiene cierta prevención a las bibliotecas y a los libros?
Hablo desde mi experiencia como docente universitario. Motivar a la gente es muy importante, no hay que esperar a que la gente vaya sino que hay que agarrarla y llevarla. Un poco como la bandera roja fuera de las carnicerías, yo debo saber que hay algo atractivo allí y me lo deben repetir todo el tiempo. Los libros son para los que ya los conocen, pero para los que no los conocen y se sientan atraídos, estos libros deben salir a las calles, agarrar a la gente y llevarlos adentro.
También hay una especie de respeto reverencial frente a las bibliotecas como también lo hay en las iglesias, pero en las iglesias funciona la fe o la obligación moral, en el caso de las bibliotecas se han considerado como lugares exclusivos e inaccesibles, entonces lo que debemos hacer es pasar de una visión de biblioteca como un lugar reservado y exclusivo, para convertirlo en un espacio de reencuentro.
¿Por qué no perderse la exposición?
Es una ocasión casi que única, en Bogotá existen centenares de bibliotecas, algunas de ellas maravillosas, pero las cuatro en las que se van a presentar son unas piezas de arquitectura y colecciones de libros impresionantes.
Es importante que el público vea que en todo el mundo existen estos santuarios de los libros, algo que todas las poblaciones humanas admiran y las frecuentan. Un fenómeno universal en el que a través de la historia humana, se ha venido renovando este culto de los libros. Si confiamos en la humanidad es porque lee y se conoce a través de la lectura. No habría historia sin libros.
Visite esta exposición a partir del próximo 19 de agosto a las 5:00 p.m. La cita es en la Biblioteca Pública Virgilio Barco. Más información aquí