Biblioteca Lago Timiza: cuentos para el alma
El mejor regalo para un niño es un cuento, dijo en una ocasión Gloria Fuertes, referente de literatura infantil española. Con dos de los usuarios de la Biblioteca Pública Lago Timiza esta frase cobra vida. A partir de La Aventura de Teddy el osito, Si quiero y Esto que brilla en el aire, entre otros textos, los hermanos Miguel Ángel y Gabriel Prieto Díaz, además de escuchar historias, han creado lazos y conocido amigos.
Cada Biblioteca es un mundo y tiene particularidades que la diferencian de las otras. Gabriel describe la de Lago Timiza como un lugar lleno de libros, dibujos, plastilina y amigos; Miguel, por su parte, destaca los talleres y los colgantes de animales que la decoran. Me gustan mucho los animales acuáticos, terrestres y los que comen cosas asquerosas, como el sapo responde mientras señala uno de sus libros favoritos El Renacuajo luminoso.
La Hora del Cuento en Lago Timiza es una experiencia que explota las habilidades creativas de los pequeños. Una hora en la que además de leer, los niños crean sus personajes favoritos; esto, dice Leidy Motta, profesional de formación y programación de la Biblioteca, les ayuda a generar vínculos de afecto y escucha, a entender el universo de los otros.
Gabriel Prieto (5) años, Olga Holguín y Miguel Ángel Prieto (7) años
El taller ha convertido a los hermanos Prieto en niños más interesados en la lectura y el aprendizaje, pero sobre todo ha tenido un gran impacto en su forma de relacionarse con otros. Los ‘profes’, como llaman a los talleristas, y su abuela Olga Holguín han percibido cambios muy importantes. Se les ve menos retraídos, ya no se esconden detrás mío cuando entran a la biblioteca, les gusta leer y prestan atención para poder participar, dice su abuela.
Ha sido Olga la que ha demostrado más interés en la vinculación de sus nietos a la Biblioteca. Para ellos, afirma, se ha convertido en un lugar en el que se sienten en un entorno seguro para hacer preguntas y adquirir conocimientos, además, los talleres son espacios donde aprenden y pueden compartir tiempos de calidad en familia.
Hace once meses los niños se mudaron al barrio Timiza, ubicado en la localidad de Kennedy, con su abuela, su tía, el esposo de su abuela y su madre, debido a que su padre, Álvaro Prieto, falleció en un accidente. Fue como al mes de que mi hijo falleció que los niños se mudaron conmigo. Encontré la Biblioteca y se convirtió en un espacio en el que se sienten felices y han empezado a desarrollar más sus gustos personales.
Miguel Ángel, de 7 años, está en primer grado, tiene buenas notas y es autónomo con sus tareas, siempre se lleva un libro de la biblioteca, últimamente se ha interesado por dinosaurios. Los dinosaurios son animales que ya no existen, pero son los más fuertes y grandes, responde mientras ve las fotografías en el libro Atlas de Dinosaurios que decidió llevar a su casa.
Gabriel tiene 5 años y está cursando transición uno. Poco a poco se ha convertido en un niño más extrovertido, a través de las actividades de la Hora del cuento ha creado camaradería con otros usuarios y con los mismos talleristas. Le gustan los cuentos cortos, coloridos y con muchos dibujos, sobre todo si tienen perros, su animal favorito.
Las bibliotecas, los libros y sus usuarios son mundos diferentes que se encuentran en ocasiones específicas, en horas específicas para contar y crear. Con Miguel y Gabriel ocurre lo que dijo una vez André Gide, ganador del premio Nobel de literatura en 1947: ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran. Y ese encuentro es importante, valioso y poderoso.
Prográmate con nosotros y participa en la hora del cuento en cualquiera de las bibliotecas de la Red.